Cualquiera que haya vivido en zonas rurales o pueblos habrá disfrutado de una cocina de leña tradicional.
Pues bien, en mi infancia en la casa del pueblo teníamos una cocina económica de leña. Y he disfrutado de esas patatas asadas, cocidos a fuego lento, cabezas de ajos asadas, cabecillas asadas, además del calor que desprendía haciendo del salón comedor una estancia de lo más acogedor.
Y eso lo queremos para nuestro nuevo hogar. Y si contamos que estamos en la sierra, que el ayuntamiento reparte las «suertes de leña» con lo que la «biomasa» es gratuita….. «blanco y en botella».
Dispondremos en la cocina de la casa de una cocina de leña calefactora (con batería de agua caliente) que nos servirá para cocinar (ahorro en energía eléctrica de cocción) y para calentar agua caliente sanitaria y los radiadores toalleros de baños y radiador para lavadero en sótano.
Será necesario para esta instalación conectar la cocina con tuberías de agua con bomba hasta un depósito de inercia que es el encargado de almacenar el agua caliente a modo de «batería» para su posterior uso térmico en la casa.
Con el sistema domótico haremos que el uso de la energía proveniente de los distintos sistemas de generación (aerotermia, energía solar térmica y cocina calefactora) sean empleados con inteligencia desconectando siempre el sistema que requiera energía no gratuita.