La radiestesia es una actividad pseudocientífica que se basa en la afirmación de que los estímulos eléctricos, electromagnéticos, magnetismos y radiaciones de un cuerpo emisor pueden ser percibidos y, en ocasiones, manejados por una persona por medio de artefactos sencillos mantenidos en suspensión inestable como un péndulo, varillas «L», o una horquilla que amplifican la capacidad de magnetorrecepción del ser humano.
Los propietarios estaban interesados en esta ciencia y contactaron con Javier Petralanda, Zahorí de Amorebieta (Bizkaia) con el fin de que hiciera un análisis del terreno y establecer la mejor ubicación en la parcela.
Así, Javier Petralanda detectó dos fallas con actividad magnética, de las cuales una iba de Norte a Sur muy activa y una segunda de Este a Oeste más débil.
A partir de ambas se estableció situar la casa longitudinalmente al Este de la falla mayor, mientras que la segunda cruzará la vivienda pasando por la cocina y el vestidor del dormitorio principal, de manera que no afecte a ningún punto de descanso (sofá o cama).